viernes, 3 de enero de 2020

3 enero 2020 01:58

Hoy me ha dado por extrañarte,
más de lo que lo hago estos días.
¿Quién me iba a decir a mí que pasaría por no echarte de menos?
He de reconocer que hoy lo he hecho.

Ojalá poder coger el teléfono,
esperar ese pii-pii que me ponía tan nerviosa.
Y escuchar tu voz al otro lado.

Ojalá empezar por un qué tal.
Ojalá que fuera sincero.

No echo de menos tus besos, ni tus miradas.
¡Qué tiempos aquellos!
Pero ojalá saber que estás bien,
que trabajas con tu padre en lo que te gusta.
Y que al llegar a casa le das un beso a tu madre.

Ojalá poder compartir una cerveza
y hacerte partícipe de mi vida.
Ojalá habernos querido bien,
para seguir haciéndolo hoy.
No como nos empeñamos,
sino como la vida nos demostró que debíamos.

Ojalá olvidar esos números,
los que harían esto posible.

Si lees estas líneas, quiero que sepas que estoy bien.
Que ya no te echo de menos,
pero que hoy me ha dado por hacerlo.

Aunque he de confesarte, que aún hoy,
fantaseo con tener esa conversación.
Esa que me daría la paz que solo el tiempo me ha concedido.

Espero que a ti el tiempo te haya traído la madurez que no te permitió sincerarte.
Y ojalá que no vaya acompañada de arrepentimientos.

Porque siempre serás mi primero,
aunque nunca mi presente.

Tu recuerdo ya no duele,
ni va acompañado de lágrimas.
Supongo que te gustará saberlo.

Con cariño,
P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario