miércoles, 22 de julio de 2020

¿Qué decirte hoy?
La verdad es que no sabría ni por dónde empezar.
¡Y qué pena!

Me gustaría poder decir
que tras tres años has reunido valor
que hemos sabido tener una conversación como adultos
y que, por fin, sabemos algo el uno del otro.

Sin embargo, lo único que puedo decir es que ayer me encontré al otro lado del teléfono a la misma persona que tiempo atrás.
Esa que sigue jugando.
Esa que no sabe ir más allá.

Hoy un fantasma del pasado vive en mí.
Llevo todo el día preguntándome el porqué,
no sé darle solución,
ojalá me ayudaras.

No entiendo por qué lo hiciste
y, menos, de la manera en que lo hiciste.

Al final de nuestra relación no te entendía.
Hoy, sigo sin hacerlo.

¡Cómo te ha gustado siempre descolocar mi mente!

Me has demostrado que igual te importo más de lo que me ha demostrado tu silencio estos años.
Aunque también me has demostrado que piensas que soy más tonta de lo que soy.

¿Por qué vuelves casi tres años después?
¿Qué quieres de mí?

En fin, N.
¡Cómo me gustaría que le echaras valor a la vida!
¡Cómo me gustaría que te atrevieras a decirme eso que llevas tanto tiempo callando!
¡Cómo me gustaría equivocarme con lo que pienso!

Quiero que sepas que, tal y como te dije en su día, puedes contar conmigo para lo que necesites.
Aunque no te lo merezcas.

Con el cariño que te guardo,

P

P.D. Después de aquel audio no creí que te merecieras una llamada, no creí que merecieras que te molestara más.
Así lo he creído estos casi tres años.
Hasta hoy, que me doy cuenta de que a ti ese gesto que a mí tanto me costó no te ha importado nada.
Cuando me cambié de teléfono y reapareciste en mi “agenda telefónica” lo entendí como una señal, tú me lo has demostrado.


jueves, 9 de julio de 2020

no entiendo
hoy me ha dado por recordar con ternura aquella tarde en las escaleras, nuestras escaleras, como tú solías llamarlas
si te soy sincera, nunca entendí por qué las llamabas así, si solo pasamos una tarde
supongo que por lo que significó para ti aquel día

rompí a llorar, para mí era algo habitual ya que estaba rota y deshecha
hoy entiendo que para ti no lo fue tanto, acostumbrado a ver alguna lágrima tras la ventana, no esperabas que aquel día lo hiciera a tu lado

demasiadas emociones, demasiada inconsciencia y demasiada desubicación para mí en aquellos días

sentía que eras mi refugio, aunque bien sabes que eras mi huida

a pesar de que nunca fue así, aquel día sentí que me querías y me respetabas

tengo un recuerdo muy agradable de aquella tarde: aquellos abrazos que me reconfortaban, aquellas palabras que me dibujaban una sonrisa en la cara y aquella preocupación tan tuya, que solo pasó aquella tarde

si tuviera que quedarme con un momento de los meses contigo, creo que sería aquella tarde
aunque sabes que no todo fue pasárselo bien

creo que es porque aquella tarde me da el consuelo de que algo bien sí que nos llevábamos y nos queríamos, de una manera sana, aunque los dos sabemos que nuestra relación fue más tóxica que el veneno

con lo que escribo aquí parece que me contradigo cuando digo que ya no me acuerdo de ti
es cierto que a veces me da por hacerlo

ya he aprendido que si en estos tres años no has sabido buscarme ni encontrarme es porque aquel "Paula, siempre me acordaré de ti" no fue sincero

si busco en mi memoria diría que fue lo más sincero que me dijiste, por tu tono de voz, tu mirada y el momento
pero la madurez y el tiempo me han hecho entender lo que tú tantas veces me echaste en cara:las palabras hay que demostrarlas

en 3 años no has tenido la cobardía de hacerlo

siempre te creí cobarde,
el tiempo me lo ha demostrado

el tiempo me ha demostrado tantas cosas, que me ha hecho quien soy hoy

ojalá a ti también te haya ayudado

si aquel recuerdo sincero no fue más que agua de borrajas (tú me enseñaste esa expresión), no me quiero imaginar el resto

sabes que siempre nos quedó una conversación pendiente
éramos impulsivos, inexpertos, inconscientes e inmaduros; al menos, en el amor

hoy otro gallo hubiera cantado
aunque ya no cantará

martes, 19 de mayo de 2020

Cómo de caprichoso es el destino que hace días que no te pienso y meses que no te deseo.
Y anoché soñé contigo.
Y hoy me he topado con una foto tuya en mi Instagram.
¡Qué caprichoso el destino!


El tú de mis sueños no era ni tu tú del pasado ni tu tú de mis recuerdos.
Tu tú actual, el de la foto, no sé qué decirte. Me ha parecido extraño reconocer a alguien en una foto como si de un desconocido se tratase.

Si te soy sincera, no quiero que llegue el día en el que nos encontremos cara a cara.
No quiero enfrentarme a alguien a quien desconozco más de lo que lo hice una tarde de hace ya cinco años.
No quiero volverme a enfrentar a esas conversaciones vacías y superficiales.
No quiero confirmar que hicimos bien en distanciarnos.

Quiero seguir creyendo que quisimos lo que no pudo ser.
Que hicimos todo lo mal que se pueden hacer las cosas y que aún así nos buscábamos como si tuviéramos imanes internos que se atraían.
Quiero seguir creyendo que lo que nos hizo dañarnos hasta romper fue la inocencia y la inmadurez de aquel que no sabe a lo que se enfrenta.
Quiero seguir creyendo que nuestras miradas eran sinceras, aun sin saber descifrarlas.

Quiero creer que el día que me enfrente a lo que no me quiero enfrentar tú serás quien querías ser y estarás como me gustaría que estuvieras. Y, yo, te miraré con entereza y me alegraré de haberte perdonado.

sábado, 18 de enero de 2020

Hoy 15 enero 2020

Sé que hoy me esperabas
Tanto como yo lo hacía aquel 3 de mayo:
Nada.

Espero no haberte descuadrado los esquemas,
Ni haberte hecho dudar,
Como tú hiciste.

Me ha hecho feliz comprobar que esas mariposas en el estómago no aparecen cuando te veo.
Y que mi corazón no va a mil por hora mientras espera tu mensaje que nunca llega, pero sí cuando espera otro.

En cambio, me ha dado ternura verte llegar con tu padre.
Y ver cómo detrás de la cortina me mirabas para asegurarte de que era yo.
Aunque, si te digo la verdad, no sé si la ternura me la produces tú o tu padre.

¡Lo que hace el tiempo!
Cura, aleja y cambia.
¡Y menos mal!

He de ser sincera,
Me ha dado pena.
Me ha dado pena que fuera así, detrás de una cortina.
Más pena me ha dado comprobar que no estás como me gustaría que estuvieses.
Ojalá un día le eches el valor a la vida que te falta, que tengas las narices (madurez) de enfrentarte a ella.
Ojalá algún día te encuentre, me saludes y me digas que tu vida es cómo me gustaría que fuera.

Qué dichosa esta vida
Y qué tonta yo.
Que en vez de olvidarte, te guarde cariño.
Y me produzcas ternura, después de esas heridas, de las que aún hoy conservo las cicatrices. Y de las que sé, muy difícilmente, podré deshacerme.

Ojalá esta, la vida, te traiga la fuerza que necesitas.
Que te ayude a entenderte y a sincerarte.

Qué intensita estoy últimamente,
Espero que no pienses que estoy loca por ti.
Ambos sabemos que esa fue una realidad durante mucho tiempo.
Hoy agradezco que ya no sea así.

Como te dije la última vez que te dediqué mis palabras:
siempre serás mi primero,
aunque nunca mi presente.

Con cariño,
P

lunes, 13 de enero de 2020

Empezamos año, está de moda comenzarlo con los propósitos de año nuevo. Como si cada segundo que vivimos no fuera una oportunidad para demostrar lo que valemos y lo que queremos. Como si tuviéramos que demostrarles a los demás lo válidos que somos por nuestra capacidad para cumplir objetivos. ¿Somos nosotros los que nos proponemos metas o son los demás los que nos las imponen? ¡Qué sociedad más hipócrita la nuestra! 
Todo ello tiene que quedar reflejado en nuestras redes sociales, no lo olvidéis. 

Antes de empezar año, lo terminamos llenando nuestros 'posts' de fotos que rememoran el año. ¿Realmente tenéis fotos de los mejores momentos del año? Porque yo no. Yo no tengo fotos de cuando el corazón me explotaba del amor que estaba sintiendo, de cuando no tenía lágrimas ni palabras para expresar la impotencia que sentía, de cuando estaba disfrutando a grito pelado en una discoteca con mis amigas, ni de las confesiones con mi hermana, ni de esos maravillosos reencuentros. 

¿Por qué tenemos esa extraña manía de necesitar demostrar que somos felices? ¿A caso fuisteis felices los 365 días del año pasado? Puede que todos los días fuerais un poco felices, pero es imposible que las veinticuatro horas de esos trescientos sesenta y cinco días lo fuerais. Llamadme pesimista si queréis. Yo me considero realista. 

Estamos en un mundo lleno de convenciones sociales con las que no nos sentimos a gusto y, aun así, con las que cumplimos. 
No es cierto que felicitais las navidades y el año nuevo al 99% de las personas con las que habláis entre el 20 de diciembre y el 8 de enero (aprox). ¿Con qué necesidad lo hacéis? 

Yo el año pasado decidí que solo iba a felicitarle las fiestas a aquellas personas a las que mis palabras les iban a aportar felicidad, a aquellas personas que realmente sintieran lo que les estaba transmitiendo. Ni que decir tiene que lo mismo hice este nuevo año.  Es más, me fastidia esa persona que solo se acuerda de mí el 25 de diciembre y el 1 de enero, ¿con qué necesidad? 

Yo quiero personas en mi vida que se acuerden de mí un 15 de marzo, un 1 de agosto... 


De todas esas conversaciones que empezais con un "¿Qué tal?", ¿cuántas lo hacéis por obligación? Las respuestas son 'bienes' vacíos de contenido y verdad, ¿por qué lo seguís haciendo? La educación, sí, está muy bien. Pero... ¿qué pasa con el respeto y la fidelidad a vuestra persona y a vuestros valores?

Hacen falta más personas espontáneas en nuestra sociedad, que le den me gusta a la foto que realmente les gusta y no se lo den a la que no les gusta, sin importar el mg de vuelta; que comenten fotos y respondan a las historias porque así lo sientan; que llamen por teléfono porque te echan de menos, porque te quieren contar algo, porque les gustaría que estuvieras con ellas...; que empiecen una conversación sin un 'Hola, ¿qué tal?' y vayan al grano, porque si necesitan algo, ¡qué más dan los formalismos! 

Ni comento los por favor y gracias innecesarios. 

Estoy un poco hater, soy así, estoy cansada de esos convencionalismos a los que sucumbimos. 

¡Más amor propio! ¡Más espontaneidad! 

Y menos: 'Sumiso y fiel a su merced' (si de cara). 

Prometo volver con más inspiración y amor que transmitir. Hasta la próxima, 
  1. P