miércoles, 20 de diciembre de 2017

Ella abrió las piernas...
Él, suavemente se las cerró
y le abrió su corazón...
Debes saber distinguir
algunas diferencias, dijo él en cierta oportunidad.
Algunos hombres se excitan
al ver el cuerpo desnudo de
una mujer; otros, se relajan.
Algunos hombres miran
con lujuria;
otros, con asombro.
Algunos hacen ilusionismo
en la cama; otros son
magos blancos.
Algunos son pervertidos;
otros divertidos.
Algunos masturban
sus pupilas;
otros masturban sus mentes.
Algunos salen cansados luego
de tener relaciones sexuales;
otros, vitalizados.
Algunos creen que ser caballero es un accidente,
para otros, es una filosofía
de vida.
Algunos hacen el amor
1 vez al día,
durante 20 minutos;
otros inventan horas para
seguir haciendo
el amor a su bella dama.
Algunos tenemos la
capacidad para ver
a una mujer desnuda y taparla
con una cobija,
y simplemente hacer el amor
abrazándola
y protegiéndola.
Algunos somos respetuosos
de lo que ellas quieren
decirnos y no
de lo que nosotros queremos
escuchar.
Existen hombres en este
mundo capcaes
de abrazar la humanidad,
defender la libertad,
y caminar respetuosamente
de la mano de una mujer.

@nochesescritas
En días como hoy es cuando más te echo de menos

jueves, 30 de noviembre de 2017

Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos variados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arreglártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah. Pero tú aguanta. Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos felices. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y entonar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad.

Risto Mejide

martes, 28 de noviembre de 2017

Nos empeñamos en querer a quien se irá cuando llegue el frío. Como esos pájaros que emigran en otoño buscando el calor de un nuevo verano.

Defreds
Éramos capaces de planear quemar el mundo a base de besos cada vez que estábamos juntos y acabamos quemándonos tan separados cada noche.

Defreds