domingo, 29 de enero de 2017

Cambios II

Ella ya no es la misma, lo notaste cuando os encontrasteis la última vez, algo cambió, fue ella, tú la cambiaste, pasó hace tiempo. Puede que mires atrás y te des cuenta de cómo fue todo, de qué fue todo pero quizá ya es demasiado tarde, al menos para ella, ha cambiado. Puede que el cambio no haya sido el mejor, puede que no estuvieras a su lado para ayudarla pero eso la ha hecho más fuerte le ha ayudado a ser más segura, a confiar más en sí misma. Todo volvió a empezar tras aquella noche que recordarás perfectamente, esa noche en la que los dos os perdisteis y nunca os volvisteis a encontrar, a lo mejor es al revés y realmente estabais perdidos y aquella noche es cuando os encontrasteis. Digo que volvió a empezar porque empezó aquella otra tarde frente a la ventana que supongo que tampoco habrás olvidado... ahora eso ya no importa.
Ella ha cambiado, ella lo nota, tú ahora lo sabes, a pesar de ello sigue sin ser capaz de cruzar la mirada y sentir un nudo en la garganta, tú lo sientes en el estómago, ¿qué os pasó? ¿Por qué? Y es que como dice Dani Martín "todo lo que nace se apaga", pero nunca se apagó, incluso ahora sigue encendio aunque sea demasiado tarde. Os hicisteis daño, mucho daño sin poder evitarlo, después de todo, después de tanto, además de los sentimientos de por medio, de las cicatrices y todavía heridas queda ese resentimiento que os hierve por dentro cada vez que cruzais una palabra, ¿por qué?

Punto y final


He puesto punto y final donde tú pusiste un punto, no es fácil, no quería, a veces hay que hacer aquello que uno no quiere. He decidido no seguir engañándome, hay cosas en la vida a las que es duro enfrentarse, esta es una de ellas quizás por la inmadurez, quizás porque tenemos que renunciar a lo que nos dice nuestro corazón para enfrentarnos a la realidad. Esa realidad era demasiado ideal, mi mente la idealizó; está claro que no todo es como imaginamos, muchas veces no vemos las cosas como realmente son, o en su defecto, no las queremos aceptar.

En realidad sabes que yo nunca he querido olvidarte pero las noches llorando en la cama se hacen largas… he decidido que tengo que dar el paso, un paso que cuesta, espero que merezca la pena porque no puedo más. Sabina tardó en aprender a olvidar 19 días y 500 noches, yo ya he pasado los 19 días pero solo 170 noches desde aquella noche, nuestra maldita noche, lo único que he conseguido es intentar concienciarme de que tengo que olvidarte, no he aprendido a hacerlo ni mucho he conseguido olvidarte. ¿Hay algún manual donde me enseñen a olvidarte? ¿Hay asociaciones tipo “alcohólicos anónimos” para corazones rotos por el primer amor?

Cuando te conocí nunca imaginé que te convertirías en alguien tan especial, nunca imaginé que te convertirías en mis pensamientos constantes y en mis letras. Tampoco imaginé que “mi primer amor” serías tú, ese alma inocente que llegó a mi vida así como por casualidad, nunca creemos que las cosas pasan hasta que realmente pasan, eso bien lo sabes.

A veces me miro al espejo cuando me resbalan las lágrimas y me las intento limpiar de la misma forma que lo hacías tú pero no funciona (-Se me ha corrido el rímel, ¿verdad? –Me da igual, a mí me gustas así), mi almohada tampoco sabe consolarme tan bien como lo hacía tu hombro, experiencia no les falta, cariño tampoco supongo que eras tú, eras especial. Cuando estoy tumbada en la cama pensando en ti y sonriendo por todo aquello termino llorando, no sé cómo lo hago, nunca imaginé que me sacarías tantas lágrimas, te voy a ser sincera, yo tampoco sabía que tenía tantas lágrimas para sacar. Sabes que lo pasé mal, que lo he pasado mal, ya no sé si sabes que lo sigo pasando mal; todas aquellas heridas que nos hicimos no están cerradas, la mayoría están abiertas, de momento tengo pocas cicatrices, espero que todas tus heridas estén cerradas ya. Sé que no soy la primera, tampoco seré la última pero es difícil, cuesta, duele… Es difícil decirle adiós a todo aquello, supongo que te acordarás de aquella primera sonrisa timidilla, de la primera caricia, bueno, y de aquella otra que te hizo más gracia cuando pusiste tu mano en mi pierna… ¡qué contarte del primer beso! No te diré nada de cuando se me escapó el inesperado “te quiero”… Desearía seguir repitiendo esos momentos a tu lado, tan inocentes e inesperados, tan cálidos, tan nuestros. Cada uno lo vivimos a nuestra manera, fuimos nuestro primer amor, para mí fuiste un descubrimiento inesperado, sorprendente, bonito e inolvidable.

Cambios I

Los cambios nunca fueron fáciles, es algo que oímos decir una y otra vez, yo diría que se ha convertido en aquello que ahora está de moda llamar clichés. Pero esto no siempre fue así, al menos para mí, nunca afronté los cambios como algo difícil, todo lo contrario, fueron una oportunidad para abrirme al mundo, aprender y ante todo crecer. Mentiría si dijera que nunca lo he pasado mal, pero si eso sucedió no fue por los cambios, eso también me hubiera pasado si me hubiera quedado en casa.
Creí en mi misma, creí que podría contra todo y ante todos, amor personal me parece que era lo que tenía por aquel entonces, lo perdí, sí, señores lo perdí, ¿alguien sabe por qué? Puede que estupidez humana, tan solo puede.
La vida trae consigo nuevos cambios, nuevas metas y nuevos destinos, frente a esto puedes elegir quedarte donde estás o coger el tren e ir hacia la aventura. Siempre he luchado por mis sueños y nunca dejaré de hacerlo aunque eso suponga empezar de cero (un cambio, ¿fácil o difícil?, depende diría yo).
Y es entonces cuando apareciste tú, bueno miento, fue en medio de mi caos. Yo creo que ya me había perdido, el amor personal ese todavía andaba ahí ahí, la confianza ya no estaba y del resto de cosas quedaba poquito, tras esa ventana estabas tú y qué decir, me enamoraste los dos lo sabemos. Fue un periodo difícil ese es mi resumen, le puedo añadir dolor, resentimiento, amor, cariño, distancia, ¿tú qué opinas? Bueno, no creo que coincidamos en el fondo del asunto a pesar de que lo superficial sea semejante. Tras guerras que parecían salidas del medievo donde una lanza venía tras ser lanzada otra ya no sabíamos ni qué hacer, yo ya había decidido marcharme, un poco lejos, los sueños hay que cumplirlos. ¿Todo esto para qué? Os estaréis preguntando. Fue poco más tarde, con la distancia, con la búsqueda de mí misma, empezó a aparecer el tan anhelado amor personal e incluso la confianza y esas cosillas, increíble, ¿verdad? Todavía ni yo misma doy crédito. Bueno pues ahí estábamos, ¡resulta que los cambios eran fáciles! Me lo dicen a mí, la experta en cambios, la que nunca lo había pasado mal por un cambio, la que presumía de ello, la que en ese momento lo estaba pasando peor que nadie por eso mismo, exacto: un cambio. Y también fue cuando me dijeron por primera vez que los cambios eran fáciles, no entendía nada. Me tenía que buscar a mí misma, sí ahí, lejos de mi casa (algo ya normal), lejos de mi gente (esa gente dispersa por el mundo como yo), lejos de mí (porque no sé dónde estoy).
Realmente no sé qué he venido a contar hoy aquí, se me han mezclado sentimientos y emociones, algún día habrá que hablar con claridad y buenas palabras de ellos, los cambios eso a lo que nos enfrentamos unos u otros con mayor o menor predisposición, persiguiendo o no aquello que queremos, por primera o quinta vez, con menor o mayor dolor, con ganas o no, se convierte en algo que nos hará ser nosotros mismos porque somos aquello por lo que pasamos.



martes, 3 de enero de 2017

No sé

Como diría Sabina...
"Mitad arrepentido y encantado
De haberme conocido, lo confieso"

"Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
Algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
Luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella... al mar de tu
incomprensión"

Desde aquel día no he vuelto a ser la misma, no sé qué pasó, no sé qué nos pasó, no sé como pasó después de todo, después de tanto... No sé cómo dejamos tantas cosas sin decir, palabras que cualquiera desearía oír; no sé cómo te dejé marchar. No sé cómo. No sé cómo lo hicimos pero nos rompimos...

Y es ahora cuando miro atrás y no me reconozco, ¿qué hicimos? ¿Por qué? No sé quién soy, no sé quién eres, no sé quiénes fuimos.

martes, 5 de abril de 2016

Una tarde más

Y otra tarde más me siento en el escritorio, frente a ti, eso no cambia, pero tú no me miras, nuestras miradas no se cruzan, no me pierdo en tu sonrisa. Estoy dispuesta a olvidarme de ti, a no derramar ninguna lágrima aunque solo sea por esta tarde, en solo cinco minutos mi objetivo fracasa la primera lágrima cae, espero tu mirada, te espero a ti, espero lo que sé que no pasará. Son solo las cuatro y media miro el reloj y ya son las siete, no ha pasado, no me has mirado, no has levantado la cortina yo no he estudiado, no he parado de pensar en ti, en nuestros recuerdos, en lo que me gustaría haber vivido junto a ti, en lo que me gustaría vivir junto a ti. Mientras que yo sigo aquí perdiendo el tiempo quién sabe qué estarás haciendo tú, en quién estarás pensando. Aquí va a continuar mi tarde, mi noche pensando en ti aunque sé que tú no lo harás. Aquí voy a continuar mi tarde, mi noche perdiendo el tiempo, sin estudiar, mis pensamientos giran en torno a ti, te echo de menos, me haces falta.