miércoles, 1 de noviembre de 2017

Dice Sabina que al lugar donde fuiste feliz no deberías tratar de volver. Y no seré yo quien contradiga las palabras de un maestro. Creo que hay experiencias que están destinadas a quedarse en nuestro recuerdo como perfectas, especiales. Algunas intuyes que serán así, y otras simplemente te sorprenden. Por el momento, por la situación, por las personas con las que las compartes. Y sabes que no se volverán a repetir de la misma manera. Que alcanzaste el cielo de la felicidad en esa ciudad con esa gente. Que le debes el recuerdo de lo vivido sin empañar lo que has sentido. Y atesoras ciudades, personas e historias en tu memoria, como momentos en los que fuiste muy feliz sin ser plenamente consciente de ello. Y volverás, claro que lo harás, revivirás historias pero serás una persona diferente. Y pienso que es algo un poco triste. Como cuando lees un libro que te sacude el alma por primera vez, que te atrapa y te inspira. Lo leerás una segunda vez, y otra vez. Y otra vez. Sabes que ninguna será como la primera. Pero siempre tendrás el recuerdo de cómo te sentiste en aquel momento. Guárdalos. Para ti. Para siempre. No tienen precio.

Mery Turiel Soler

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