lunes, 22 de mayo de 2017

Ojalá fuera así.

EL BUCLE

Hace ya más tiempo del que parece, casi prefiero ni contar
cuánto. Pero lo reconozco: me ilusioné contigo. Normal,
tienes esa capacidad de enganchar con la primera palabra.
Y así fue. No iba a ser conmigo una excepción. No podía
pedir absolutamente nada más. Cada caricia tuya me
revolucionaba tanto que no podría explicarlo con letras.
Eso era suficiente para comer de tu mano, al menos por un
rato. Además, esa brutal mezcla de ser capaz de enfadarnos
y volver a enamorarnos en el mismo día, bien sabes que
termina enganchando. Para pasar de ni mirarnos en horas
a clavarnos las pupilas mientras nos corríamos.

Y ya sabes qué pasa cuando alguien lo da todo, y el otro
lado va a semanas. Todo se rompe, pero lo peor es que
nunca (o al menos casi nunca) del todo.

Y ahí estamos, ya ha pasado bastante, a penas nos vemos.
Digamos que me he prohíbo hablarte. Algunas veces he
caído, con tus oportunos mensajes diciendo que me echas
de menos, y terminamos en el mismo bucle. De tú poder
con todo, y yo caer con todo. Otras, sacando fuerzas de las
que ya no me quedan, he apagado el teléfono.

Me prometo por las noches que no habrá una próxima
vez, algunas, incluso, me lo creo un poco. Me preguntan si
todavía pienso en ti, y, joder, pues digo que no, que eso ya
está más que olvidado. Y ojalá, ojalá fuera así y pudiera no
quererte, pero te quiero.

Defreds

No hay comentarios:

Publicar un comentario