jueves, 18 de mayo de 2017

Desnudos al amanecer nos encontró la luna

Hoy es uno de esos días en los que una no para de darle vueltas a las cosas, esas cosas que debería haber olvidado ya. Por mucho tiempo que pase habrá momentos, que me revolverán sentimientos y me recordarán palabras, que nunca olvidaré. El problema no es que siga recordando, es que sigue doliendo.

Supongo que te acordarás de aquella noche, de cómo se me iluminó la cara cuando te vi y de cómo se apagó cuando cerraste aquella puerta, bueno no creo que lo vieras, pero yo sí. Yo vi como aparecías, llegaste como los tsunamis y arrasaste con todo. 

Esa mirada cómplice y a la vez desconocida, esa que dice todo pero que al mismo tiempo no dice nada, esa en la que veía algo más que mi reflejo.
¡Qué decir de tus abrazos! Calman tempestades, cosen corazones y rompen miedos. Nunca me he sentido más en casa que en tus brazos porque nuestros corazones no podían estar más cerca.
Esa sonrisa tímida que dejaba asomar tu lado más tierno y me hacía sentir eso en el pecho que jamás entenderás.
Si te hubieras visto con mis ojos entenderías todo.

Fue aquella noche cuando perdí todo, no te perdí a ti (que puede que también, no sé si aun te tenía) me perdí a mí.

Fue ese abrazo, esa caricia, ese lugar que nos transportaban al primer día, iba a ser el último.
No podría describir lo que sentí al acariciar tu torso desnudo, me abracé a ti como un koala, como un niño pequeño que encuentra protección en su madre.
Posé mi cabeza en tu pecho, escuché palpitar tu corazón, las lágrimas ya resbalaban mi mejilla.
Te vestiste, me dijiste adiós y cerraste la puerta. 

"nos quisimos tanto a ratos que dolía todo el tiempo"

Dicen que las palabras vuelan, las tuyas se me clavaron en el alma; también dicen que las personas que nos hacen daño nunca terminan con nosotros.

supongo que aquel tsunami hundió el barco

Ese tsunami me hizo más fuerte y me enseñó que no todas las personas a las que queremos permanecen en nuestra vida para siempre, que no hay que tener miedo pero que a veces las ganas decaen.

Y es que detrás de aquella ventana, de la nada, pasamos a ser todo.
Pero detrás de aquella puerta, de todo, pasamos a ser nada.

esto, que a ti te dará igual, a mí me duele

Aun así te pido que no dejes que el tsunami arrase con todo, después de un tsunami es posible recuperarse aunque nada vuelve a ser lo mismo.

Y por eso te recordaré siempre: porque un tsunami arrasa con todo. Aunque termine, lo vivido mientras duró permanece en la memoria para siempre.

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